Hace
años, Bergman (el genial) rodó una película donde mostraba los preliminares a
la llegada del horror y la simiente que lo provocaría. No he podido evitar
evocar esta película, y sobre todo su título, después de ver la lamentable
actuación del Real Madrid en el Camp Nou, jugadores y entrenador.
Es
evidente que Mourinho vive traumatizado con el Barça y en parte se entiende, ya
que no puede ganarlo incluso cuando el Real Madrid juega mejor. Los traumas de Mourinho
son peligrosos, porque es un tío listo y poderoso y ese tipo de elementos
cuando se desquician siembran el caos.
Hay, sin duda, en el Real Madrid un huevón. Se llama Florentino Pérez y le
faltan narices para imponer señorío en un club de la categoría social y deportiva
a que su equipo pretende aspirar.
La
serpiente es Mourinho y va esparciendo sus huevos allí por donde pasa. Llegará
un tiempo es que esos huevos eclosionaran y nacerá la serpiente del odio, que
arrasará la imprescindible armonía que debe residir entre dos clubs tan grandes
y poderosos, implicando a todo aquel cercano a ellos.
Si
el huevón deja de serlo podrá cortar los huevos a su serpiente, y una vez
estéril, evitará esa siembra perversa, para que el sentido común imponga la
cordura y la concordia en esos dos equipos que contemplan tantos millones de
seguidores, entre ellos futuros hombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario