De tanto girar “La Noria” parece que sus integrantes llevan ya cierto tiempo tan mareados que han perdido el control (de su centro de gravedad)
Según parece “La Noria” es un programa en que se pretende practicar el periodismo por parte de algunos, así como la tontería por parte de otros. Con quien tengo dudas es con su presentador, el otrora gran periodista Jordi González, que siempre me hace dudar cuando se dedica a lo uno o a lo otro.
El sábado 5 de marzo de 2011 rizaron el rizo de la majadería por partida doble.
Nos traen a un comunicador añejo, un tal Andrés Caparrós, que estaba cometiendo presuntamente un delito, emitir a través de unas emisoras piratas montadas por él. Lo invitan al programa con el propósito de ablandar a la administración correspondiente para que haga la vista gorda y le deje seguir delinquiendo. Hace falta ser inocente o tonto (por parte de los responsables del programa y del invitado) para justificar y apoyar un delito ante toda la audiencia. El señor Caparrós seguro que ahora sí se queda sin emisoras después de haber puesto en evidencia a la Administración Andaluza por no hacer cumplir la ley.
Segundo.
Días antes, el programa, había manipulado una información poniendo en boca de un periodista (que este sí lo es y de los pocos que van quedando, el siempre honesto Ferran Monegal) palabras que no dijo y que pertenecían a otro tema, con el propósito de apoyar una tesis que a “La Noria” le interesaba defender, no en honor del periodismo sino del servilismo más infame. Ante tamaño delito, la pizpireta co-presentadora hizo un más que breve comentario, con algo de burla en una sonrisa tontorrona, a altas horas de la madrugada para intentar evitar que el mayor número de gente se enterase de que son unos manipuladores.
Días antes, el programa, había manipulado una información poniendo en boca de un periodista (que este sí lo es y de los pocos que van quedando, el siempre honesto Ferran Monegal) palabras que no dijo y que pertenecían a otro tema, con el propósito de apoyar una tesis que a “La Noria” le interesaba defender, no en honor del periodismo sino del servilismo más infame. Ante tamaño delito, la pizpireta co-presentadora hizo un más que breve comentario, con algo de burla en una sonrisa tontorrona, a altas horas de la madrugada para intentar evitar que el mayor número de gente se enterase de que son unos manipuladores.
Gira y gira la noria y últimamente gira y gira que da asco.
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