Una confusa noticia ha comenzado a circular por diferentes medios de comunicación, tanto de los que se escuchan, se leen como de los que se ven.
Parece ser que por la zona de Zaragoza, en un convento de clausura, unas monjitas se dedicaban a coleccionar estampitas de color lila con dibujitos y numeritos. Lo curioso del caso es que todas las estampitas eran iguales, con el mismo número, 500, e idéntico texto, EURO, por lo que resulta incomprensible que dichas monjitas, por muy apartadas de la realidad que estén, se dedicaran a guardar cromos repetidos, aunque se deba valorar tanto tiempo que llevan encerradas y alejadas del mundo real, pobrecitas ellas.
Según especifica el titular de la noticia, dicha colección ha sido robada. ¡Qué ingenuas ellas, qué ingenuo quien divulgó la noticia! Una vez confirmado que esas estampitas lilas son dinero (del caro), de ese que sirve para adquirir, si no el cielo, una parte de buena vida aquí en la tierra, no era de justicia que dichas monjitas, que viven en la humildad y la resignación continua, acaparasen tamaña fortuna, mientras alejados de sus muros tanto hijo de Dios pasa hambre y otras penurias.
Todo lo sucedido no ha sido un robo, sino un acto de justicia y en este caso divina, ya que esa mano que ha vaciado la caja, para alejar ese dinero de donde nunca debiera haber estado, solo puede haber sido la mano de Dios.
Alabada sea la justicia divina cuando impone orden terrenal.
1 comentario:
Tontas las monjitas... Me pregunto si estarán rezando para que les devuelvan su humilde colección o para que los pobres dejen de serlo.
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