Contemplar, en las bancadas del Congreso de los Diputados, a determinadas Señorías, de caras lustrosas y cómplices sonrisas, aplaudir de forma servil el discurso del Sr. Rajoy, cuando enumeraba esas medidas que aumentan el empobrecimiento de los más desfavorecidos, pone la imagen a esa ética indigna a la que han llegado algunos de nuestros dirigentes, que como poderosos ríen desdeñosamente mientras el débil es castigado.
Son
ya demasiados los españoles despojados de la más elemental dignidad. Han
perdido su trabajo, su casa, su dinero, hasta tener la necesidad de pedir esa
comida que sus gobernantes no les permiten ganar.
Desde
la altura de sus escaños, deberían asimilar sus Señorías que por esas calles inferiores
se agita un pueblo desconcertado, que además es insultado con ese obsceno “¡Que
se jodan!”
Existe
una multitud humillada, no permitan que la ofendan.
El Periódico (16/7/2012)
(LA VIDA POLÍTICA)
Ética y estética
"No hay ética sin estética". Esta
fascinante frase del profesor Valverde describe algunos comportamientos
humanos. Contemplar a determinadas señorías, con caras lustrosas y cómplices
sonrisas, aplaudir de forma servil el discurso del señor Rajoy cuando enumeraba
medidas que aumentan el empobrecimiento de los más desfavorecidos, pone la
imagen a esa ética indigna a la que han llegado algunos de nuestros dirigentes,
que como poderosos ríen desdeñosamente mientras el débil es castigado. Son ya
demasiados los españoles despojados de la más elemental dignidad. Desde la
altura de sus escaños, deberían asimilar sus señorías que por esas calles
inferiores se agita un pueblo desconcertado, que además es insultado con ese
obsceno "¡Que se jodan!". Existe una multitud humillada, no permitan
que la ofendan.